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Descarbonización del sector eléctrico

La descarbonización es un concepto clave que requiere comprender en qué consiste el cambio climático. Aunque escuchamos con frecuencia estas dos palabras, no todos son plenamente conscientes de las repercusiones que nuestras acciones diarias tienen en la atmósfera.

¿Qué es el cambio climático?

El cambio climático está estrechamente vinculado a las fluctuaciones de las temperaturas globales y los patrones climáticos. Estos cambios en las temperaturas pueden ser naturales y resultar de diversas variaciones, como por ejemplo en la radiación solar. Estas variaciones pueden tener un impacto significativo en el clima. Como ejemplo histórico, durante aproximadamente 70 años en el siglo XVII, se registró un período de actividad solar muy baja conocido como el Mínimo de Maunder o la Edad de Hielo, que provocó un enfriamiento anómalo en el clima terrestre.

Sin embargo, es importante destacar que las actividades humanas son el principal impulsor del cambio climático actual. Esto se debe principalmente a la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas. Estos combustibles liberan emisiones que crean una especie de capa alrededor de la Tierra, conocida como efecto invernadero, que provoca un aumento en las temperaturas.

Ahora bien, ¿qué implicaciones tiene este aumento de temperaturas? Se traduce en una serie de impactos negativos como la escasez de agua, el aumento de los incendios forestales, el deshielo de los polos, la pérdida de ecosistemas, el incremento del nivel del mar, la disminución de la biodiversidad y la reducción de la capacidad para cultivar alimentos, entre otros desafíos.

Entonces, ¿qué es la descarbonización?

La descarbonización es un proceso fundamental en la reducción de emisiones de carbono, cuyo objetivo principal es alcanzar la neutralidad climática. Pero ¿cómo se logra esto? Mediante un cambio estructural que elimine la dependencia de los combustibles fósiles en la producción de energía. En su lugar, se busca promover el uso de fuentes de energía limpia y sostenible que emitan únicamente lo que la Tierra pueda absorber.

En España, al igual que en otros países europeos, se ha aprobado el plan conocido como ELP2050, o Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo. Este ambicioso plan tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% para el año 2050.

El modelo de CERO NETO de la AIE (Agencia Internacional de Energía) implica una transición rápida y significativa hacia el uso de energías renovables, siendo la energía eólica y solar las principales protagonistas. Estas tecnologías tienen previsto triplicar la generación renovable para el año 2030 y aumentarla más de ocho veces para el año 2050. Se estima que el 75% de la nueva generación de electricidad limpia provendrá exclusivamente de fuentes eólicas y solares.

En Farho, creemos firmemente en la viabilidad de la transición hacia una economía neutra en carbono para el año 2050. Por esta razón, estamos comprometidos en desarrollar sistemas que faciliten la consecución de estos objetivos a nivel global. Además, nuestros radiadores son compatibles con el uso de energía fotovoltaica, lo que contribuye a impulsar el uso de fuentes renovables y sostenibles en el sector de la calefacción.

En resumen, la descarbonización es un proceso esencial para reducir las emisiones de carbono y alcanzar la neutralidad climática. Mediante la adopción de energías renovables y el abandono de los combustibles fósiles, podemos construir un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. En Farho, estamos comprometidos en ser parte de esta transición hacia un mundo más limpio y verde.

Échale un vistazo a nuestra previa entrada sobre las Energías Fotovoltaicas

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